El arte de mejorar los muebles con pintura negra

Parece que en un mundo tan rápido y fugaz como en el que vivimos, donde todo lo que no funciona se reemplaza por algo nuevo, y todo lo que pasa de moda ya no tiene cabida en las tiendas, los muebles antiguos han sabido encontrar su espacio. Lejos de tirarlos, son muchas las personas que han sabido encontrar el valor de estas piezas antiguas, aquellas hechas a mano, con maderas macizas y diseños de lo más originales. En este artículo os mostraremos, paso a paso, cómo devolverles la vida y el valor a los muebles antiguos, rayados, y/o desconchados, ¡y lo haremos con pintura negra! Pues ésta ha demostrado darles un toque elegante a los muebles, y un toque vanguardista a las estancias que los acogen.

Primero, elige el tipo de pintura negra adecuado

El primer paso de este bonito ejercicio de restauración será la elección del tipo de pintura más adecuada según el uso y ubicación que daremos al mueble con el que vayamos a trabajar. Existen pinturas más o menos resistentes, y de acabados bien distintos: mate, el que disimula mejor las imperfecciones y que está más de moda últimamente; satinado, de apariencia sedosa y suavemente brillante; o brillante, el clásico para muebles, más fácil de limpiar, y más duradero. Teniendo claro el uso y el acabado, sólo faltará decidirnos por una pintura a la tiza, de acabado mate y fácil aplicación, pero delicada; un esmalte acrílico, de fácil aplicación y secado rápido, con opciones de acabado mate, satinado o brillante; o un esmalte sintético, extremadamente resistente, de acabado brillante y que debe aplicarse en el exterior por su fuerte olor.

Segundo, prepara los muebles para pintarlos

Antes de ponernos manos a la obra con la pintura, deberemos preparar muy bien nuestro mueble. Empezaremos desmontando puertas, bisagras, tiradores y todos los elementos que no vayamos a pintar. En segundo lugar, prepararemos las superficies para recibir la pintura, pero aquí deberemos prestar atención al estado del mueble. Para aquellos cuya pintura o barniz estén en muy mal estado, habrá que empezar con un decapado, retirando las capas de pintura y barniz existentes. Después, le pasaremos una lija para alisar e igualar la superficie y, por último, le aplicaremos una imprimación para que la pintura se adhiera mejor. En este proceso, prestaremos atención a los daños e imperfecciones que pueda haber, y los repararemos antes de continuar con el tercer paso: la pintura.

Tercero, pintar con precisión

La obtención de un acabado bonito no es una tarea fácil. Empezaremos decidiendo si vamos a pintar con brocha, rodillo o pistola. Con la brocha llegaremos bien a las zonas más difíciles, tendremos mayor control del trazo y nos dará un acabado más imperfecto. El rodillo nos dará un acabado más uniforme y pulido, y el proceso será seguramente más rápido, aunque necesitaremos igualmente la brocha para las zonas más inaccesibles. Por último, la pistola nos dará un acabado perfecto, aunque requiere mucha práctica para lograrlo, pues no es fácil de usar. Sea cual sea el método elegido, lo mejor es empezar con una primera capa, dejarla secar muy bien y aplicar después una segunda e incluso una tercera capa, para eliminar imperfecciones y lograr un negro más intenso.

Luego, añade profundidad y textura

Después de pintar nuestro mueble y dejar que la pintura se seque bien, es momento de dejar volar la imaginación y darle el acabado con el que soñábamos al iniciar la restauración. Por ejemplo, podemos darle un aspecto vintage decapando algunas partes del mueble tras haberlo pintado, para que parezca un poco desgastado. O podemos darle un toque único, creando motivos con un pincel delgado, o aplicando diseños con plantillas o, por qué no, darle un aspecto totalmente distinto usando papel pintado en el interior de los estantes y cajones. Si lo que nos gusta es un aspecto más lujoso, podemos incorporarle detalles metálicos, a poder ser de color dorado que combina ideal con el negro, en los pomos y tiradores, bisagras o las patas.

A continuación, secar, curar y sellar

Estamos acabando nuestra obra de arte, así que ahora es el momento de tener paciencia, y darle el tiempo que necesita para obtener un resultado óptimo. El primer tiempo de espera será el de secado entre capas de pintura, del que ya hemos hablado en su apartado; el segundo tiempo de espera, y seguramente el más largo, es el proceso de curado. Se trata de darle a la pieza el tiempo necesario para que se seque bien desde el interior y obtener así un resultado más duradero. Como este proceso puede llevar algún tiempo, puedes aprovechar para adelantar otras tareas como leer un libro o blog como https://www.platincasino.es/bonos/bienvenida-casino, o ver tu serie o película favorita.  Finalmente, podemos culminar el proceso aplicando un sellador protector transparente para una mayor durabilidad.

Por último, añade algunos retoques finales y vuelve a montar los muebles

Ahora sí, entramos en la recta final para ver relucir nuestro antiguo mueble. Será el momento de volver a montar todas las piezas, recolocar puertas, cajones y estantes, además de ponerle las bisagras nuevas, remplazar las guías y cambiar los pomos y los tiradores. Una vez lo tengamos montado, seguramente nos percataremos de algunas imperfecciones, así que será el momento de retocarlas. Para darle un toque final, puliremos y abrillantaremos la pieza para darle el aspecto con el que habíamos soñado, y lo colocaremos en su nueva o antigua estancia, donde podremos gozar de él por muchísimos años.